domingo, 2 de marzo de 2014

Impactando a Marte


Tras varias décadas frustradas de intentar calentar el planeta con superespejos puestos en órbita o con gases súper invernadero de fábricas distribuidas por toda la superficie, el comité internacional de asuntos marcianos optó por la desviación de cientos de asteroides hacia el planeta rojo con el objetivo de que impactaran mayoritariamente en sus polos, liberando así todo el dióxido de carbono atrapado en el hielo. 

Dicha expulsión masiva de CO2 a la atmósfera aportaría grandes beneficios como el aumento de la densidad de la misma y un efecto invernadero global. ¿Por qué la densidad es beneficiosa? Porque aporta presión, y la presión es lo que hace que el agua se quede quietecita en estado líquida sobre la superficie y no se evapore. 

No hay que olvidar también que sobre la superficie nos podremos encontrar otros gases como; vapor de agua, amoniaco (nitrógeno + hidrógeno) acumulados también cuando el planeta se estaba formando hace miles de millones de años tras violentos impactos de asteroides y cometas. 

Debido a que Marte se encuentra próximo al cinturón de asteroides sería más viable establecer un centro de operaciones con base en el planeta rojo. Los bólidos cósmicos serían monitorizados con más rapidez y con la atracción gravitacional de las sondas fabricadas para este cometido, el proyecto se materializaría en una escala de tiempo inferior si se gestionase desde Marte. 

Base I de operaciones de impactos. 
Misión 45. Año 2085 

Puedo considerarme afortunada de poder caminar y respirar sin traje de supervivencia en el exterior del hábitat aunque controlando los niveles de radiación. Mis compañeros de anteriores misiones, sobre todo las 10 primeras, debieron de pasar un infierno aquí abajo, muchos fallecieron posteriormente. Respiro sí, aunque con algo dificultad, como cuando subí al monte Everest de joven. He cumplido el 90% de mi estancia sola como ingeniera geofísica en este planeta, aproximadamente un año marciano 668 días. La media de impactos por cada misión es de unos 2 ó 3 al día. Pero lo más agotador es revisar los cálculos que efectúa el ordenador central del Base, que facilita las coordenadas exactas de atracción gravitacional a la hora de atrapar a un asteroide. 

La misión 46 está casi en órbita, mi billete de regreso a la Tierra, o mejor dicho a Tierra I.

Desirée

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