lunes, 24 de febrero de 2014

¿Por qué Marte?


El interés por la exploración del planeta rojo comenzó ya en la década de los años setenta quizás debido en parte tras la conquista de la superficie lunar, hazaña que motivó al hombre a dar el siguiente paso más allá de la órbita de nuestro satélite. Otro motivo relevante por el que algunos ojos científicos se fijaron en Marte fue al desestimar a los planetas Mercurio y Venus, debido a su proximidad al astro rey. 

Basándonos en las posibilidades nos ofrece nuestro sistema solar, Marte reúne unas características que, o bien se asemejaban a nuestro planeta o bien su cierta cercanía orbital, cada aproximadamente dos años, nos brinda la posibilidad lanzar un vuelo directo hacia él, con unos pocos meses de trayectoria. 

Es probable que ambas afirmaciones anteriores son las que dan el empuje principal de interés que tiene el hombre en estampar su primera huella en su superficie árida y ventosa. No hay que olvidar que el papel desempeñado por las sondas espaciales enviadas a lo largo de décadas ha sido fundamental para allanarnos el camino a la conquista de nuestros vecinos esféricos. 

Se han escrito a los largo de los últimos tiempos cientos de libros, ensayos, guiones sobre Marte cuyo género continúa en la actualidad balanceándose entre la ciencia y la ciencia ficción. Posiblemente Marte sea el planeta de nuestro sistema solar que ha estado más presente en nuestra corta civilización. 

Si las previsiones se mantienen a corto medio plazo, el hombre visitará su superficie en un par de décadas, poniendo la primera piedra de su futura terraformación. Si el hombre mantiene su supervivencia, no sería de extrañar imaginar la posibilidad de transformar las características físicas del planeta rojo a las necesidades del humano, si se decide asentar futuras colonias allí. 

En la actualidad, se realizan experimentos que tratan vegetales y animales a baja gravedad, financiados por empresas tanto públicas como privadas y con excelentes resultados. Por otro lado, aún continua estando en nuestra contra las consecuencias negativas que el cuerpo humano experimenta en baja gravedad. Varias hipótesis apuntan a la mejora de dicho inconveniente. Una de ellas sería la creación de una gravedad artificial en la nave que viajará al planeta y otra, la reducción del tiempo de viaje aumentando la velocidad del aparato. Para llevar a cabo dicha gesta, pasarán décadas antes de que los amantes del cosmos vean con sus propios ojos la colonización de Marte. 

Texto e imagen retocada por la autora del blog, Desirée.

3 comentarios:

  1. http://kaosquantico.blogspot.com.es/2011/09/kaos-quantico-libro-ii-conspiracion_17.html Me gustaría mucho que este Cuento pudiese ir en este magífico Blog dedicado a nuestro amado Marte; pero en todo caso lo adjunto como un enlace para quellos que quieran leer este pequeño y humilde cuento marciano.

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  2. Cuando lo previsto acaece, siempre es bueno tener algún Camarada a tu lado.

    Marta (Expedicionaria a Marte)

    (Dimensión Gaia 2073 d.c.)

    Ares... –250




    Los áridos cauces, desprovistos de aguas arcanas, imploraban compasión a la mirada escrutadora del maltrecho explorador. Una infinidad de gránulos de óxido ferroso, pulverizados hasta límites microscópicos, golpeaban con devastadora fuerza, el protector externo de una escafandra de titanio.
    El andar se convertía en algo pesado y casi imposible, debido a la roja y casi invisible arena, que con inexorable tesón, penetraba por las juntas, hasta que llegaba a las rótulas del sofisticado exo–esqueleto. Allí, se mezclaba con las grasas sintéticas de los rodamientos y, a pesar de la poca gravedad del Planeta, cualquier movimiento se convertía en algo penoso e insoportable.





    Atrás quedaba, en su entumecida memoria, un extrañamente averiado tractor, en un paisaje aún más desolado y una alucinación, que le gastara su mente, de una negra sombra acechante, que se escondiera de su presencia.
    El visor cristalino, de zafiro polimerizado, empezó a perder su elaborada transparencia, ya que el desgaste sufrido, al contacto con la gélida y ácida tormenta de Coriolis, iba en aumento tras haberse producido unas pocas mellas, en apariencia, inofensivas.




    Valle Marineris contemplaba, impasible, el drama de la próxima tragedia, que se cernía sobre el experimentado astronauta de la NASA–ESA.
    Como un muñeco de trapo, quedó inerte y expuesto a la inconsciente voluntad de unos vientos imposibles, mientras su mente elucubraba sobre la posible ayuda que aún no llegaba.
    Marte, dios de la guerra, estaba consumiendo su poca fuerza vital. La respiración se fue convirtiendo en algo espasmódico y su cadencia se acortó peligrosamente. "Ya me queda poco" pensó.






    Con el estruendo, vociferil, cóctel de aire y arena, no pudo escuchar el sordo tronar de los potentes motores diesel de un Mars–Rover, cuyas superficies, expuestas, siseaban al contacto de tan feroz tormenta de arena y ácida nieve.
    Un pequeño soplo de vida intentaba permanecer, acurrucado, al amparo de una pequeña duna, que alrededor de su inmóvil cuerpo se había formado.
    – Justo a tiempo, lo hemos encontrado teniente.





    – Demos gracias, Marta, a que funcionó su emisor de emergencia.
    Incluso en un lugar tan inhóspito, podían salir a relucir los mejores sentimientos de aquellas personas curtidas por las más terribles inclemencias y arropadas por la más insoportable inesperanza de futuro.
    – ¿Está vivo Capitán?
    — Por poco, Roberto Beltrán’Jr, no lo cuenta.




    Publicado por Antonio Ruiz Alba en sábado, septiembre 17, 2011

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  3. Poético con sabor a tierra roja. Me ha gustado. Gracias por compartir.
    Desirée

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